01/10/2007
Teodoro Martín. Alcázar de Venus.
"FREGENITE
EN FIESTAS"
Es admirable el tesón, la
hermandad y el fervor que los oriundos de Fregenite muestran con
motivo de la celebración del día de San Miguel, patrón del pueblo.
Año tras año, llueva o ventee, van llegando de los
distintos lugares a los que tuvieron que emigrar para en agradable
compañía de amigos y familiares honrar a su patrón y disfrutar de la
reunión con compañeros de juegos infantiles por las calles del
pueblo, hoy solamente paseadas por Herminia, su única habitante, y
los esporádicos visitantes que en fines de semana se acercan por el
lugar.
Este año me he acercado hasta Fregenite y he podido
comprobar in situ el esmero con el que los mayordomos actuales (así
supongo que lo harán los de todos los años) se preocupan sin
alharacas ni berrinches de tener todo preparado para que la tarde
noche de la festividad de San Miguel Arcángel todos los que se
acerquen por la plaza del pueblo puedan disfrutar de la fiesta que
han estado esperando durante todo un año. La barra preparada con los
frigoríficos repletos de bebidas frescas, las barbacoas esperando a
que los distintos productos del cerdo u otros animales se doren al
amor de las ascuas, las mesas perfectamente alineadas bajo las lonas
que evitarán el relente de la noche, para que todos tengan un lugar
en el que encontrarse a gusto, y el pequeño escenario aguardando a
que los músicos (en esta ocasión una afamada acordeonista) haga
bailar como peonzas a todos los que quieran mover sus cuerpos al
compás de las melodiosas notas del acordeón.
Ha sido una visita breve, no me pude quedar con
ellos, pero suficiente para traerme el recuerdo y la lección que dan
las personas que, aun siendo pocas, cuando llega la ocasión saben
unirse y disfrutar de lo que más puede complacer en esta vida: la
compañía de los demás.
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