“ALCÁZAR
EN LA CONTRAVIESA, UN RETRATO EN VIVO DE LA ALPUJARRA BAJA”,
nace del acercamiento del autor a unas tierras que, siendo extrañas al
principio para él, se hacen entrañables, queridas, y admiradas, no sólo por
su marco geográfico e histórico, sino - sobre todo- por la humanidad y
generosidad de sus habitantes, a los que rinde homenaje. Nadie es
forastero en esas tierras.
Tres razones han movido al autor a
escribir esta obra:
a)
Conseguir que no muera definitivamente un legado cultural en vías de extinción,
cual es el mundo rural alcazareño y, por extensión, de toda la Contraviesa:
unos modos de vida, de cultivos y de relaciones, con un léxico propio, que
deben permanecer vivos en nosotros para aprender y avanzar.
b)
Manifestar la admiración que estas tierras y sus gentes han despertado en él:
un paisaje singular y una laboriosidad encomiable, sin obviar las penalidades,
sacrificios y humillaciones recibidas; pero resaltando la solidaridad y sentido
de vecindad del mundo rural, donde la persona y la cercanía a sus
circunstancias es lo que cuenta.
c)
La necesidad del conocimiento de lo concreto frente a una “globalización”
galopante que nos envuelve, es decir, que “el
bosque no impida ver el árbol”.
En este sentido la obra es un viaje a la búsqueda de las raíces humanas y
culturales que nos hacen fuertes y permiten afrontar el futuro con dignidad y
arrojo. El estudio de lo local adquiere, en estos momentos, más importancia que
nunca para humanizar las relaciones personales y sociales, en la medida que sea
posible.
El libro está divido
en dos partes:
La
primera, dedicada a la Sierra de la Contraviesa, parte muy singular de la
Alpujarra Baja, en la que se intenta, tras un estudio geográfico e histórico
de la comarca, un reconocimiento humano y cultural de ella, de sus pueblos y
anejos, para que sea conocida y valorada, en su justa medida, por sus actuales
vecinos y por andaluces y españoles de otros lugares.
En
esta parte el lector encontrará, en primer lugar, una descripción geográfica,
lo más completa posible, que puede y debe ser enriquecida permanentemente.
En ella se incluyen las vivencias, impresiones y observaciones directas
del autor. Abarca la situación de la Contraviesa en el conjunto de la Alpujarra,
la orografía, el clima y sus variantes, la vegetación y la fauna, el
territorio, la población y su evolución en el siglo XX, los municipios, las
principales localidades (Murtas, Mecina-Tedel, Cojáyar, Jorairátar, Turón,
Albondón, Albuñol, La Rábita, Sorvilán, Alfornón, Polopos, Rubite, Torvizcón
y Adra, así como los núcleos costeros: El Lance, La Mamola, Los Yesos,
Melicena, etc, algunos de los cuales han adquirido una gran importancia, como se
refleja en el texto), la economía (pasada y actual), sin obviar sus problemas,
y las vías de comunicación y las
hermosas vistas que desde ellas pueden observarse.
En
segundo lugar, se hace un recorrido apasionado por la Historia de la Contraviesa,
con sus peculiaridades y similitudes con toda la Alpujarra, desde la los tiempos
antiguos hasta el siglo XX y la actualidad con la llegada de inmigrantes para
trabajar en las nuevas actividades económicas de la costa. Una nota dominante
es el amor a la libertad de su gente
frente a la opresión y la injusticia, tal como se ha manifestado en
muchas ocasiones a lo largo de la Historia, y cuando no han podido hacerlo,
guardando con dignidad y en silencio sus aspiraciones.
La
segunda parte, más extensa, es la dedicada a Alcázar: un pequeño
pueblo de la Contraviesa que resume - en su paisaje, en sus costumbres, en sus
fiestas, en sus palabras, en sus vicisitudes históricas, etc. - la vida rural
de esa sierra alpujarreña. Esta parte contiene las correspondientes
descripciones de los barrancos que forman el antiguo municipio de Alcázar-Fregenite,
de Olías y Fregenite, de la Rambla de Alcázar y Bargís, del pueblo en
diversas aproximaciones, de su iglesia y su torre (ambas mudéjares), de sus
barrios y alrededores; pero principalmente es una aproximación a la vida de
los alcazareños durante el siglo XX hasta la “gran
emigración”,
el éxodo hacia las ciudades, centros industriales y lugares de la costa de
mayor desarrollo económico. En ella entran diversos apartados dedicados a los
señoritos o caciques y sus actividades, los trabajos durante el año, la Guerra
Civil, la vida cotidiana con su ausencia de comodidades, las comidas, salarios y
precios en distintas épocas, los maestros y los curas, bailes y cantaores, las
fiestas... y los tiempos de silencio y soledad. Esta parte termina con un
conjunto de “historias,
anécdotas, leyendas y misterios”
transmitidas por los que vivieron y los que viven aún en Alcázar.
El
libro se completa con un anexo sobre la evolución de la población desde 1900 a
2003 y un Vocabulario de palabras de uso común en la Contraviesa y de términos
históricos, arquitectónicos y geológicos empleados en las descripciones.
Autor:
Ramón Barragán Reina.
Editorial
Muñoz Moya editores. Primera edición Julio,2004
Nota
del autor: Estoy casado con Elvira Domínguez Rodríguez, natural de Alcázar.
Su padre se llamaba Juan Domínguez (“Perchas”),
el cual murió en 1951 en trágico accidente laboral, y su madre, que vive con
nosotros y tiene 94 años, María Rodríguez Alonso. Ahí nace mi vinculación
con Alcázar.