ASFALTADO DE LA
CARRETERA DE LA VENTA.
Mientras tanto, la
de Torvizcón sigue muerta de risa.
12/03/2009 -
Alcázar de Venus
Teodoro Martín.
Fotografías de Juan José
Martín Jiménez
Últimamente,
mis visitas a Alcázar se están espaciando en el tiempo más
de lo deseado y por razones varias he dejado de ir al pueblo
con la frecuencia que solía, ello hace que esté uno más
alejado del día a día y de las novedades que se suelen
producir en él, normalmente pocas. Éstas me suelen llegar a
través
de los buenos amigos de nuestra web. Yo, en la mayoría de
los casos, suelo darle traslado para que todos los
visitantes tengan conocimiento del hecho, al tiempo que
damos cierta publicidad a lo acaecido en el pueblo.
En esta ocasión la noticia
me llega vía Pepe, en forma de fotos, en una de ellas nos
envía un amanecer que dadas las circunstancias, casi siempre
solemos resaltar lo negativo y en pocas ocasiones lo
positivo, podemos titularla como la
surrealista y divertidísima película
de José Luís Cuerda "Amanece que no es poco", pues el
hecho de que cada día el astro rey busque los cerros del
Bermejo y del Moralillo ya es más que suficiente para dar
gracias por estar unido de una u otra manera a este pequeño
y singular pedazo de tierra alpujarreña limítrofe con la
Contraviesa.
En la otra fotografía
podemos contemplar el negro serpentear del nuevo asfalto de
la carretera de la venta hasta alcanzar las primeras casas
del pueblo. Será bueno resaltar lo que ayuda a los que
transitamos por tan endiabladamente sinuoso y angosto camino
en nuestra conducción, pues lo único que nos faltaban son
los baches y el mal estado del firme. Cuando el asfaltado
es bueno, como parece ser el reciente de nuestra carretera,
el camino se te hace más corto y a veces hasta te olvidas de
las curvas y de la estrechez del mismo y te haces la
ilusión, sin despegarte del piso, de que vas por una especie
de mini-autovía; los sentidos debemos de mantenerlos siempre
sobre el manejo del automóvil, pero el trayecto se te hace
mucho más llevadero.
No sabemos por cuanto
tiempo tendremos que seguir esperando a que por la curva del
Corral de González se nos pierda también la vista con el
azabache del asfalto, mientras tanto seguiremos
reivindicando el asfaltado de la pista de Torvizcón, algo
que nos acercaría más al resto de la Alpujarra y que
diversificaría las posibilidades de relación con las gentes
y los pueblos más próximos a nosotros en lo físico y en lo
afectivo. Esperemos que las autoridades e instituciones
que entienden del tema alguna vez se acuerden de estos
escasos 8 kilómetros de carril de tierra.