Foto antigua tomada desde la placilla, en el muro se observa una hornacina ya desaparecida, a la izquierda de la foto asoman unas ramas de un enorme alianto que ocupaba la esquina por donde se ubica ahora el escenario. Asomados al poyo de la plaza de arriba están D. Domingo, que fue maestro y practicante, y un chiquillo. Tras ellos, el impresionante álamo de Santiago de una enorme envergadura. La torre magnífica con sus mechinales abiertos donde anidaban cientos de gorriones.

Fotografía y comentarios de Juan José Martín Jiménez, desde Órgiva

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