Alcázar de Venus: "Entre la Nieve y la Mar"

 

Agreste Alpujarra No: 4 - Junio / Julio 2010, página 18

 

 Semblanzas: Miguel García Maldonado,“Candiota”

 

Desde que con solo nueve años comenzara a trovar en público en el cortijo Los Sevillanos, Miguel  García no dejaría de hacerlo hasta que abandonara este mundo, ahora han hecho dos años. Incluso poco antes demorir le diría a sus amigos: Si mi puerta no está abierta / y el estilo de mi voz / se acabó y no se despierta, / perdona hermano por Dios / que no te abra la puerta.

Trovaba solo mientras llevaba a cabo las faenas propias de mocillo en los cortijos donde trabajó, con los compañeros cuando mancajaban el trigo o realizaban cualquier otra labor.

A lo largo de toda su vida de poeta del pueblo recorrería los cortijos de la zona y compartiría escenario en ferias y fiestas de los pueblos alpujarrreños, aprendiendo de los mayores y de aquellos que tenían el saber de la repentinación, que decía él, y enseñando a todos los que estaban a su lado o disfrutaban de sus quintillas. Fue participante asiduo en los festivales de música de la Alpujarra, donde deleitaba a los asistentes con sus disputas rimadas llenas de improvisación, espontaneidad e ingenio.

Nació en el cortijo Los Rivas, en el término de Albuñol en el año 36 de aciago recuerdo. De niño se marchó con su familia al cortijo Candiota en Murtas, y de aquí le viene el sobrenombre de “Candiota” con el que era conocido en los ambientes troveros.

A comienzos de los sesenta se trasladó desde la Contraviesa al Poniente almeriense –otra forma de emigración–, llevándose consigo la esencia del trovo. Allí lo transplantó, lo hizo crecer y madurar.

No se quedó en lo conocido sino que fue innovador a lo largo de su trayectoria, fomentando las relaciones con los troveros murcianos, normalizando el uso de la décima, o usando la irregular de doce versos a la que llamaba Guajira alpujarreña. Trabajó arduamente para la popularización del trovo fomentando las veladas de controversia trovera en fiestas particulares o en las de los pueblos, con apariciones en los medios de masa: prensa, radio y televisión e incluso fue embajador y propulsor del verso alpujarreño más allá de nuestras fronteras en festivales y congresos de poesía improvisada en Europa y Latino América. En definitiva, Candiota, a lo largo de su dilatada labor en pro del trovo, consiguió mejorarlo tanto en sus aspectos literarios como técnicos, así como conseguir que fuese reconocido universalmente.

 La escuela de la vida

En esta tierra sufrida / y de constante quebranto / no hay verdad más conocida / y que en sí enseñe tanto / como el libro de la vida. Decía en una de sus quintillas. La vida fue su universidad, en ella aprendió todo lo que después fue derramando generosamente.

Sin asistir a la escuela, sin saber leer ni escribir –aprendería durante la mili– era capaz de enfrentarse trovando a los más expertos, desde “El Zocato” al “Ciego Corrales”, después con “Garbín” o “El Quinto”, más adelante con “El Lotero” o “Reputín”. Con el paso del tiempo comprobó la importancia de la lectura de poetas consagrados para crecer en el trovo y se admiraba de cómo lo hacían los troveros murcianos, de los que tomó buen ejemplo.

Tenía una memoria prodigiosa y se sentía obligado a mejorar su reconocida habilidad en el arte de trovar, la sabia humildad del sabio. Para él, el trovo era la poesía del campo y el buen trovero tenía que ser del sur, rural. Era la Alpujarra y las gentes alpujarreñas las que hacían que el trovo siguiera vivo. Alpujarra, vino puro, / sabor de fruta madura / de pueblo firme y maduro, / eres voz de la cultura / del presente y del futuro. Conocía el valor de sus versos y los adecuaba a su motivación personal y al público al que los dirigía, por ello no daba puntada sin hilo y en cuanto podía dejaba brotar sus alegatos en contra de la injusticia y la desigualdad social, las dictaduras y todo lo que supusiera un oprobio para el pueblo. Ese jefe americano / que apoya las dictaduras / debe de ser más humano, / que no mueran más criaturas / en el terreno africano.

Miguel y su trovo cantaron a la humanidad de las personas y a la vida misma. Tuvo el reconocimiento de muchos de los pueblos por los que fue dejando su impronta, Turón, Vícar, incluso el de la Junta de Andalucía, pero sobre todo contó en vida, y cuenta después de ella, con el reconocimiento de todos los que fueron sus amigos y admiradores para los que siempre permanecerá en el recuerdo su poesía y su forma de entender el trovo, la poesía, la cultura, la vida en sí misma.

Referencias (entre otras):

  www.turonturonturon.blogspot.com

  www.trovoalpujarra.blogspot.com

 www.trovoalpujarra.blogspot.com-/2008/02/librod.html

  www.adioscandiota.blogspot.com

 Teodoro R. Martín de Molina

 

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