A la entrada de nuestra casa en Alcázar
tenemos un pequeño buzón en el que "el correo" (nombre con el que se
conoce al cartero en Alcázar) suele dejar la poca correspondencia
que allí recibimos, si acaso alguna factura de Telefónica o de otra
compañía que se encarga mensualmente de detraer de nuestras cuentas
el recibo correspondiente. Dado que me he dado de baja en la
compañía de teléfonos, porque no han sido capaces de ofrecerme la
conexión a Internet que me prometieron, llevaba unos cuantos fines
de semana sin abrir el buzón pues, salvo error, además de las
referidas facturas pocas son las cartas que solemos recibir en el
pueblo.
El domingo pasado,
antes de emprender el viaje de regreso a la capital, me dio por
abrir el buzón y me encontré con la agradable sorpresa que paso a
relataros. En el interior de un sobre, en el que aparece mi nombre
escrito a lápiz, estaban varios folios mecanografiados y tres
fotografías. Los folios formaban dos cuerpos diferenciados, uno
referido a los cortijos de Alcázar y las personas que vivieron en
ellos y otro con el relato de una anécdota de principios de los
sesenta. De las fotografías una ya la teníamos y está publicada en
nuestra web, en las otras dos podemos ver una estampa familiar de
los años cuarenta que colocaré entre las "fotos para recordar" y la
otra una panorámica del cortijo de las Adelfillas hecha en el año
1960, más que un cortijo parece una barriada.
Al final de uno de los
escritos, el referido a los cortijos, aparece la siguiente nota:
"Primo Teodoro: por si te pueden servir de
algo estos datos que según mis conocimientos y memoria he
recapitulado y que con mucho placer te mando. Aparte te aporto una
fotografía del cortijo Las Adelfillas y otra de la abuela María
Carrión Rodríguez y algunas otras personas más: Dolores "la
Jabonera", María Dolores, Antonio Gómez, Maruja y un servidor. Y una
anécdota en la Taberna de " El Rubio" ocurrida en los años 60, por
si tienes a bien incluirlas en tu página.
Un afectuoso saludo, primo Antonio Gómez
Rodríguez."
Ni que decir tiene
que, además de la sorpresa, me he llevado la alegría de poder contar
una vez más con la colaboración de Antonio Gómez con nuestra web
que, aunque sabéis que yo soy el que me empeño en que salga
adelante, sin la colaboración de algunos y la presencia de todos los
que nos visitáis no sería nada ni tendría sentido su mantenimiento
en la red.
Gracias, primo Antonio, por
hacerme llegar estos documentos. En breve pasaré a colocar en el
lugar adecuado cada una de tus aportaciones para así poderlas
compartir con todos aquellos que tienen a bien dedicar un rato de su
tiempo a recordar con nosotros el lugar y las personas que forman
parte de sus raíces más profundas, queridas y añoradas.
Teodoro Martín