GRANADA
«Ahora empieza lo bueno»
El Servicio Andaluz de Salud recibió ayer a los 122
médicos residentes que empiezan su formación práctica en
Granada
M.
VICTORIA COBO //FOTOS: RAMÓN L. PÉREZ / GRANADA
HAN
pasado seis años desde que se enfrentaran a las clásicas
novatadas de 'San Lucas'. Seis años -o más-, de apuntes,
exámenes, nervios y la traca final del examen MIR. Pero
desde ayer, ya son oficialmente los nuevos médicos
residentes de los hospitales granadinos, que cuentan
desde ayer con 122 nuevos médicos en su estructura. Son
los recién licenciados que pasarán cuatro o cinco años
poniendo en práctica lo que tanto esfuerzo les ha
costado aprender en años anteriores.
Los 122 recién licenciados tuvieron ayer un sencillo
acto de presentación en el que se les explicó de forma
básica la estructura y funcionamiento del Servicio
Andaluz de Salud en Granada, desde los distritos
sanitarios, a los servicios de emergencias del 061,
pasando por los hospitales. El acto contó con la
presencia de la delegada de Salud en Granada, Celia
Gómez, que les dio la bienvenida. «Son nuestro futuro»,
calificó Gómez a los jóvenes presentes, que proceden la
mayor parte de la especialidad de Medicina de Familia
(45 de ellos). La delegada destacó la importancia de
este periodo de formación, que todos ellos pasarán
dentro de la provincia, aunque también resaltó que
«hacen un día a día muy importante». Y es que las manos
de 122 médicos ávidos por practicar lo que tantos años
han estudiado, seguro que ayuda a sacar mejor el trabajo
diario.
La mayoría de ellos, de entre 24 y 25 años, comentaban
ayer ilusionados los primeros tres o cuatro días que ya
habían pasado en sus respectivos centros sanitarios.
«Ahora empieza lo bueno»,decía con una sonrisa de oreja
a oreja Javier Martín, que ya había tenido tiempo de
hacer un drenaje en estas primeras horas. Javier hará la
especialidad de Cirugía General, la que siempre había
querido hacer. Y como él, la mayoría destacaba la
ilusión por empezar a atender a pacientes y enfrentarse
a casos reales.
Lo
más 'hueso'
Las guardias era el único asunto del que hablaban con
menos entusiasmo. Hasta 24 horas seguidas pasarán estos
chicos trabajando cuando les toquen las guardias de su
especialidad. Pero las más temidas, sin duda, las de
urgencias. En esas horas se encontrarán de todo y aunque
están tutelados, deberán empezar a volar solos, y eso
puede darles vértigo. Pero la vocación de estos chicos
parece estar a prueba de bombas e insomnio.
Teodoro
Martín,
que obtuvo el número 504 en el examen del MIR y pudo
elegir la plaza de residente en Granada, ya ha informado
un TAC, es decir, que ha interpretado lo que veía en una
de estas placas, que es «de las cosas más complicadas» y
lo que acabará dominando cuando pasen los cuatro años de
especialidad.
Teodoro
también es muy optimista sobre este periodo de formación
e incluso sobre el futuro, porque la especialidad que ha
elegido «tiene muchas salidas laborales». Y es que ahora
tienen cuatro años de sueldo asegurado, pero el futuro
que les llegará después puede ser inquietante. Hay
especialidades con expectativas, pero serán muchos los
que acaben 'exiliados' en busca de un sueldo y un
futuro. Así lo destacaba ayer Mª Ángeles Valero, que
empieza ahora su segunda residencia en Radiodiagnóstico,
después de haber culminado su formación en Medicina de
Familia. «Sigue habiendo éxodo de profesionales a
Suecia, Inglaterra y Portugal», destacaba Mª Luisa, una
de las más 'expertas' de los que ayer se presentaba.
El lado humano
Pero por encima de las guardias, o del futuro laboral,
en lo que muchos piensan al inicio de este periodo de
residencia es en las dificultades del trato con el
paciente. Un aspecto poco fundamental que no está muy
tratado en el programa lectivo. «Los 'R' mayores -en
referencia a residentes que llevan más tiempo- nos han
dado algunos consejos», explicaba Yolanda Ortega, que
hará en el Clínico la especialidad de Medicina
Preventiva.
Manuela Moreno, de Medicina Interna, ya ha tenido
su primer contacto con los pacientes en los tres días
que lleva como médico residente. «Ya he podido pasar
sala», dice la joven en esa jerga particular de los
médicos, lo que quiere decir que ha visitado a los
pacientes hospitalizados para comprobar su evolución.
«Hombre, por ser joven, la gente sí te mira, pero de
momento nadie se ha quejado», explica la joven.
A pesar de lo que se suele decir, Mª Ángeles señala que
es muy difícil ponerse una coraza para no sufrir con
cada paciente. «Días malos se pasan muy a menudo y es
frecuente que te lleves la pena a casa», dice la joven,
que ya ha completado una residencia. Y es que comunicar
un fallecimiento a los familliares puede ser mas duro
que enfrentarse a una operación.
A continuación fotos y extractos que aparecen en la
edición impresa referidos a aquellos relacionados con
Alcázar.
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