Alcázar de Venus: "Entre la Nieve y la Mar"

 

 

01/06/2006

GRANADA

«Ahora empieza lo bueno»

El Servicio Andaluz de Salud recibió ayer a los 122 médicos residentes que empiezan su formación práctica en Granada

 M. VICTORIA COBO //FOTOS: RAMÓN L. PÉREZ / GRANADA

 HAN pasado seis años desde que se enfrentaran a las clásicas novatadas de 'San Lucas'. Seis años -o más-, de apuntes, exámenes, nervios y la traca final del examen MIR. Pero desde ayer, ya son oficialmente los nuevos médicos residentes de los hospitales granadinos, que cuentan desde ayer con 122 nuevos médicos en su estructura. Son los recién licenciados que pasarán cuatro o cinco años poniendo en práctica lo que tanto esfuerzo les ha costado aprender en años anteriores.

 Los 122 recién licenciados tuvieron ayer un sencillo acto de presentación en el que se les explicó de forma básica la estructura y funcionamiento del Servicio Andaluz de Salud en Granada, desde los distritos sanitarios, a los servicios de emergencias del 061, pasando por los hospitales. El acto contó con la presencia de la delegada de Salud en Granada, Celia Gómez, que les dio la bienvenida. «Son nuestro futuro», calificó Gómez a los jóvenes presentes, que proceden la mayor parte de la especialidad de Medicina de Familia (45 de ellos). La delegada destacó la importancia de este periodo de formación, que todos ellos pasarán dentro de la provincia, aunque también resaltó que «hacen un día a día muy importante». Y es que las manos de 122 médicos ávidos por practicar lo que tantos años han estudiado, seguro que ayuda a sacar mejor el trabajo diario.

 La mayoría de ellos, de entre 24 y 25 años, comentaban ayer ilusionados los primeros tres o cuatro días que ya habían pasado en sus respectivos centros sanitarios. «Ahora empieza lo bueno»,decía con una sonrisa de oreja a oreja Javier Martín, que ya había tenido tiempo de hacer un drenaje en estas primeras horas. Javier hará la especialidad de Cirugía General, la que siempre había querido hacer. Y como él, la mayoría destacaba la ilusión por empezar a atender a pacientes y enfrentarse a casos reales.

 Lo más 'hueso' 

Las guardias era el único asunto del que hablaban con menos entusiasmo. Hasta 24 horas seguidas pasarán estos chicos trabajando cuando les toquen las guardias de su especialidad. Pero las más temidas, sin duda, las de urgencias. En esas horas se encontrarán de todo y aunque están tutelados, deberán empezar a volar solos, y eso puede darles vértigo. Pero la vocación de estos chicos parece estar a prueba de bombas e insomnio.

Teodoro Martín, que obtuvo el número 504 en el examen del MIR y pudo elegir la plaza de residente en Granada, ya ha informado un TAC, es decir, que ha interpretado lo que veía en una de estas placas, que es «de las cosas más complicadas» y lo que acabará dominando cuando pasen los cuatro años de especialidad.

Teodoro también es muy optimista sobre este periodo de formación e incluso sobre el futuro, porque la especialidad que ha elegido «tiene muchas salidas laborales». Y es que ahora tienen cuatro años de sueldo asegurado, pero el futuro que les llegará después puede ser inquietante. Hay especialidades con expectativas, pero serán muchos los que acaben 'exiliados' en busca de un sueldo y un futuro. Así lo destacaba ayer Mª Ángeles Valero, que empieza ahora su segunda residencia en Radiodiagnóstico, después de haber culminado su formación en Medicina de Familia. «Sigue habiendo éxodo de profesionales a Suecia, Inglaterra y Portugal», destacaba Mª Luisa, una de las más 'expertas' de los que ayer se presentaba.

El lado humano

Pero por encima de las guardias, o del futuro laboral, en lo que muchos piensan al inicio de este periodo de residencia es en las dificultades del trato con el paciente. Un aspecto poco fundamental que no está muy tratado en el programa lectivo. «Los 'R' mayores -en referencia a residentes que llevan más tiempo- nos han dado algunos consejos», explicaba Yolanda Ortega, que hará en el Clínico la especialidad de Medicina Preventiva.

Manuela Moreno, de Medicina Interna, ya ha tenido su primer contacto con los pacientes en los tres días que lleva como médico residente. «Ya he podido pasar sala», dice la joven en esa jerga particular de los médicos, lo que quiere decir que ha visitado a los pacientes hospitalizados para comprobar su evolución. «Hombre, por ser joven, la gente sí te mira, pero de momento nadie se ha quejado», explica la joven.

A pesar de lo que se suele decir, Mª Ángeles señala que es muy difícil ponerse una coraza para no sufrir con cada paciente. «Días malos se pasan muy a menudo y es frecuente que te lleves la pena a casa», dice la joven, que ya ha completado una residencia. Y es que comunicar un fallecimiento a los familliares puede ser mas duro que enfrentarse a una operación.

A continuación fotos y extractos que aparecen en la edición impresa referidos a aquellos relacionados con Alcázar.

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