Días de vendimia
Los pueblos de la Contraviesa aprovecharon el 'puente'
del Pilar para ultimar la cosecha de uva que dará el
vino de la Alpujarra
RAFAEL
GAN/ALBONDÓN
En
el pago 'Molino de viento', en el municipio de Albondón,
varias figuras aparecen agachadas sobre el terreno
pedregoso. Con ropa de faena, gorra o sombrero, navaja o
tijera en mano y cubos de plástico. Son los hermanos
Sánchez -Pepe, Antonio y Lourdes- que se afanan un año
más en recoger la uva de su parcela, a 1.100 metros de
desnivel. Con un rápido movimiento de manos sostienen el
racimo y de un tajo certero lo arrancan de los
sarmientos. «Ponte tú en este liño y yo voy rellenando
las cajas», advierte José Sánchez quien, curtido en
estas lides, dirige la operación para que no quede
ninguna viña sin recoger.
A su lado José Antonio, novio de Lourdes, echa una mano.
«Cuantas más manos haya mejor; hoy te vienes tú a mi
finca y mañana me toca a mí en la tuya», explica Pepe. Y
es que ésta es una actividad poco rentable para las
pequeñas explotaciones y más bien constituye un asunto
familiar, una tradición y una seña de identidad de toda
La Contraviesa.
Poco a poco se van llenado los cubos y luego las cajas
hasta completar unas cien, algo más de 2000 kilogramos
de uva que darán, una vez prensadas, 80 o 90 arrobas -16
litros- de buen y natural vino. Ecológico, le dicen
ahora. A mediodía es el momento de hacer una pausa, un
descanso obligado junto a la caseta de aperos. Hay que
reponer fuerzas, aplacar los riñones y dar cuenta de
algún embutido, agua para aliviar la sed y, ¿claro
está!, un trago de vino.
Consumo familiar
«Este fin de semana está todo el mundo de vendimia y con
la almendra; son días de mucha faena en el pueblo»,
informa Pepe Sánchez, trabajador del Ayuntamiento que,
como muchos habitantes de Albondón, tiene viñas y
produce vino para el consumo familiar. Una vendimia que
se repite estos días en las cuatro esquinas de La
Contraviesa, la hermana pequeña de la Alpujarra, famosa
por el trovo y sus vinos. En las lomas de Turón o de
Murtas, en las cortijadas de Los Blancos o Los García de
Cástaras, por Lobras, Torvizcón, Polopos y Rubite. O en
el mismo Sorvilán, donde se vendimia con el Mediterráneo
de frente y se usan todavía mulos que sacan la uva hasta
la carretera o pista más cercana.
Viñas desnudas
Sobre las dos de la tarde se da por finalizado el
trabajo. Atrás quedan cientos de viñas 'desnudas' de su
valioso fruto. Poco después, el líquido chorreará hacia
las cubas mientras Pepe y Antonio Mario aprietan la
prensa.
Y así, poco a poco va saliendo el futuro vino hacia la
bodega mientras cae la tarde sobre Albondón, regresan
los últimos vendimiadores, rugen las prensas hidráulicas
en los lagares y el trasiego de vinos y toneles llenan
de vida los pueblos de La Contraviesa. Un par de meses
más y ya estará listo el vino de 2006. |