Alcázar de Venus. Fiestas 2010

Cuando me pongo a escribir esta crónica, quizás un tanto reducida, de las fiestas de este año, lo hago con la seguridad y la pena de saber de que hasta dentro de al menos dos semanas no podrá ser leída por todos los que visitáis la web, pero en Alcázar no tengo acceso a Internet, así que hasta que vuelva a Granada, o haga alguna escapada, no podré colgarla para que todos os podáis hacer una idea del desarrollo de las fiestas de 2010.

Este año por motivos varios no hemos podido estar en Alcázar desde el primer día de las fiestas. Llegamos el sábado por la tarde con el tiempo justo de poder acompañar a los patronos en la procesión por las calles del pueblo. Así que lo que relato de la víspera y la mañana del primer día es lo que me han contado aquellos que lo vivieron en persona.

Comenzaron las fiestas la noche del día 13 con el pregón a cargo de nuestro amigo Francisco Pérez Sánchez, hijo de Miguel el de Bargís y Josefa “La Guapa”, que haciendo un hueco en sus actividades como Presidente de la Entidad Autónoma de San Agustín en El Ejido, se desplazó con ese fin. Me comentan que fue un pregón muy emotivo en el que hizo un recorrido rememorando recuerdos de su infancia hasta su marcha a tierras almerienses y su permanente lazo de unión con el pueblo por medio de la familia y de los amigos, las esporádicas visitas y el vínculo que el cariño hacia todo lo que, por cualquier motivo, tiene que ver con Alcázar le ata al pueblo. También me comentaron que hizo una cariñosa alusión a nuestra web como elemento de unión y acercamiento para todos los alcazareños que por fuerza mayor no viven en el pueblo o no pueden acercarse a él con la frecuencia que lo desean. Gracias Francis por la parte que me corresponde y espero que nos envíes el contenido completo del pregón para que lo podamos disfrutar todos los que no tuvimos la oportunidad de vivirlo en directo.

De nuevo este año la Virgen de agosto quiso ser la de octubre, como corresponde. Parece que el tiempo estuvo aguardando a que concluyese el pregón para volverse inoportuno y dar el mal rato a los mayordomos y a la chiquillería que aguardaba impaciente la sorpresa que debería haber dado el pistoletazo de salida al divertimento que las fiestas siempre conllevan. Unas indeseables gotas de agua, en más cantidad de lo deseado, lo impidieron. Poco después, cuando cesó la lluvia, el grupo musical que amenizaría todas las veladas en la plaza comenzó a hacer sonar los primeros acordes de una de las muchas piezas que componían su amplio repertorio. “Nuestro gozo en un pozo”, pensarían los bailones que ya se las prometían felices; como en los viejos tiempos la luz se fue y los equipos del conjunto dejaron de funcionar y todo quedó a oscuras durante unos interminables veinte minutos. Como veréis parecía que algún gafe nos había mirado con no muy buenos propósitos, pero según me dicen, fue el último incidente de la noche y del resto de las fiestas. Cuando volvió la luz, los músicos se aplicaron de lo lindo a la tarea y sus últimos sones casi se confundieron con el repique de campanas que invitaba a la asistencia al Rosario de la Aurora que daba inicio a los actos previstos para el primer día de las fiestas.

Desde que el Rosario de la Aurora se ha llevado a cabo en las fiestas del pueblo, creo que en ninguna ocasión habíamos dejado de asistir mi mujer y yo al mismo. Es un acto que nos gusta y aunque a veces cuesta trabajo echarse de la cama a las pocas horas de haberse dejado caer en ella, ambos disfrutamos del rezo del rosario con sus  preceptivas Avemarías cantadas, así como de la compañía de los que como nosotros son asiduos y aquellos otros que en ocasiones se nos unen. En el recorrido también tenemos presentes, aunque no los mentemos, a aquellos que ya nos acompañan desde lo más alto. Este año no ha podido ser, confiamos en que nos volvamos a encontrar en el próximo.

A tenor del aspecto que tenía la iglesia después de la procesión, seguro que la misa en honor de la Virgen del Rosario y de San Antón estaría en consonancia con el engalanamiento del templo. Dicen que el oficiante recordó a los asistentes la importancia de dar sin esperar nada a cambio, y que es ahí donde se halla la felicidad. Algo con lo que casi todos estamos de acuerdo pero que cuánto nos cuesta, en más ocasiones de las deseadas, llevarlo a la práctica.

Tras la celebración religiosa vendrían las actividades lúdicas, recreativas y competitivas con las distintas eliminatorias de rentoy, dominó y parchís, este año con la novedad de haberse organizado competiciones para los más jóvenes y para los veteranos en cada una de las modalidades. Previamente a la degustación de la que dicen que fue exquisita paella, los mayordomos obsequiaron a los presentes con un variado tapeo regado con cervecita fresca o tinto de verano. Después un ratito de descanso para casi de inmediato comenzar con las carreras de saco, del huevo y demás actividades que hacen disfrutar a los pequeños y sonreír a los mayores.

En la procesión, como casi siempre, no estaban todos los de la paella pero sí los que tenían que estar: los alcazareños que con el fervor alimentado durante toda la vida sienten veneración por sus patronos a los que acompañan a lo largo del recorrido entre canciones dedicadas a la Virgen intercaladas con los oportunos vivas a los que con emoción respondemos todos los que acompañamos a las imágenes en su recorrido. También pudimos contemplar cómo los más pequeños eran animados por sus mayores a piropear a la Virgen del Rosario y a San Antón, una forma de iniciarlos en la devoción hacia los patronos. San Antón estaba de enhorabuena: este año ha estrenado andas y el “hombre” iba “como niño con zapatos nuevos” (nunca mejor dicho, si se me permite la expresión). Entre vítores y canciones se les dijo adiós a la entrada del templo y para finalizar en el interior se entonaron dos canciones de despedida que yo, después de asistir durante más de treinta años a las celebraciones religiosas en Alcázar, nunca había oído. Entre Fina y mi mujer me han escrito las letras de ambas para ponerlas junto a estas líneas, al final las he colocado para que todos disfrutemos con su lectura y algunos con el recuerdo de su melodía.

La verbena nocturna duró hasta las primeras luces del día, lo sé no porque yo fuese de los que se quedó en la plaza para comprobarlo sino porque los sones de las canciones traspasan las puertas y ventanas de las viviendas de aquellos que estamos en su radio de acción. Un buen grupo “Quinto Amanecer”, aunque quizás los más veteranos y a los que nos gusta movernos al son de los pasodobles echamos en falta una cierta continuidad en su interpretación, pero seguro que lo que para unos es una falta para otros supondría un alivio, que de todos los gustos somos los que nos damos cita en torno al escenario y para los intérpretes no debe resultar fácil dejar contento a todo el personal. A la cama nos fuimos convenientemente confortados después de degustar los exquisitos churros con chocolate calentito que los organizadores ofrecieron al respetable.

La mañana del domingo estuvo dedicada casi por completo a los niños: el baño de espuma y un par de castillos hinchables en las que no pararon ni un momento de saltar y brincar como las criaturas repletas de vida que son. Los más pequeños se dejaron maquillar por las expertas manos de las encargadas del taller. Se concluyeron las distintas competiciones y de nuevo delante de la barra con la cerveza en la mano y una tapita de esto o de lo otro para hacer espera hasta que llegase la hora de las migas. 50 kilos de harina de sémola, 50 litros de agua, 10 ó 12 litros de aceite y raserazo va, raserazo viene hasta conseguir desliar esa enorme cantidad de migas en un sartén de considerable proporciones. Las engañifas para acompañarlas consistieron en trozos de panceta que iban incorporados a las migas más longaniza y pimientos fritos y melón que la mayordomía fue añadiendo a cada uno de los platos de los comensales, tampoco faltó el refrescante vasito de gazpacho. En un  ambiente familiar y muy agradable, quizás con un poquito más de sol del deseado, dimos fin de nuestra ración y aquellos que así lo quisieron tuvieron la oportunidad de repetir hasta quedar totalmente satisfechos.

Por la tarde las cucañas, las carreras de cintas y las eliminatorias y final de fútbol en las escuelas, en la que niños y no tan niños disfrutaron de lo lindo. Seguro que mientras trataban de introducir el palillo en la anilla de las cintas o intentaban meter el gol del siglo unos y otros estaban pensando en el disfraz que poco después se enfundarían para hacer su aparición en la placilla ante la sorpresa y admiración de los que nos congregamos para deleitarnos con la imaginación, la simpatía y la laboriosa confección de la mayoría de los disfraces, bien individuales o en grupos. Desde los personajes de Avatar a la Pantoja y Cachuli, hadas y princesas, cazurros y chochonas, diablos y supermanes, piratas y flamencas, reivindicadores del TDT y hasta el mismo Sevilla con sus molestas ladillas alrededor. Amancio, el marido de Estrella, la hija de Miguel y Emilia, fue el encargado de dinamizar tanto el desfile de disfraces como la entrega de premios, intentando sacar lo más simpático de los distintos personajes que desfilaron delante de todos los asistentes.

Tras la entrega de premios y trofeos continuaría la verbena y se llevarían a cabo los diversos concursos de baile. Me llegan noticias de que Pepe “El Albañil” y su mujer, Carmen, fueron los ganadores del de pasodobles por su perfecta coordinación entre sí y con los acordes de las coplas, Emilín y Magdalena se haría con el premio en el baile del espagueti. También estaba anunciada una nueva sorpresa por parte los mayordomos y mayordomas, aunque de estos eventos ya no puedo contaros nada pues los años se notan y el cuerpo ya no resiste como lo hacía antaño.

Para dar por finalizado el programa de fiestas sólo queda esperar al sábado para disfrutar como enanos con las aventuras de los personajes de Avatar, y seguro que también algún picoteo habrá para después de la proyección.

Nuestra enhorabuena a los que se han afanado de un modo tan excepcional en que las fiestas hayan resultado del agrado de todos, algo que por supuesto han conseguido, y ánimos a los que ya están comenzando la preparación de las del año 2011.

Como en años anteriores nuestro recuerdo a aquellos que ya están cerca de la Virgen del Rosario. Este año se nos fueron Magdalena Carrión (Angustias), Francisco Alonso (Frasco el del Faz) y Juan Rodríguez (Juan el de Alfornón). No nos hemos olvidado de ellos ni de todos sus familiares. Un fuerte abrazo.


Adiós reina del cielo,

madre excelsa,

virgen pura,

dulce fuente de ternura,

casta imagen del amor,

de tu pecho las alegrías

resplandecen con tu hermosura,

y tu angelical figura

me inunda el corazón.

Adiós, oh madre mía,

adiós, adiós.

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Madre divina,

madre de amor,

adiós señora, adiós, adiós.

Virgen hermosa

aunque me voy

contigo queda mi corazón.

Contigo quiero

siempre vivir

pensando siempre

señora en ti.

Madre divina,

madre de amor,

adiós señora, adiós, adiós.


 

 

 Teodoro Martín.

Alcázar de Venus, 16 de agosto de 2010.

En breve colocaré más fotos de las fiestas, también espero que nuestros amigos (Serafín, Anita...), como en años anteriores, me hagan llegar las suyas para poder completar un buen reportaje fotográfico.

¡¡HASTA EL AÑO QUE VIENE!!

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