Alcázar de Venus: "Entre la Nieve y la Mar"

 

Meloja

Para hacer buena meloja

debes disponer de tiempo

pues se lleva casi un día

preparar todo el invento.

Que si la agüita de cal,

que si el panal de la miel,

y partir la calabaza

para quitarle la piel.

Después coser y cantar

sólo hay que dejarla hervir

para que alcance su punto

y la sintamos crujir.

Esta meloja, señores,

es dulce tan especial

que hasta el mismo Carlos Cano

le cantaba sin cesar.

Ingredientes:

Agua de cal. Agua, miel y calabaza marranera*. La proporción de calabaza/miel, puede ser, aproximadamente, medio kilo de miel por cada kilo de calabaza.

Elaboración:

Para hacer el agua de cal se disuelven en un recipiente metálico unas piedras de cal viva en agua. Cuando la cal esté apagada se remueve con un palo limpio y se deja reposar hasta que decante y el agua que está sobre ella quede clara.

Se pela la calabaza sin miedo, es decir, no importa que nos llevemos algo más que la piel. Se hacen tajadas no muy gruesas, se echan en un recipiente y se cubre con el agua de cal. Se deja reposar durante unas horas (4 ó 5) a fin de que la calabaza se encalle (se endurezca).

Se pone en el fuego una olla media de agua con un poco de la miel. Cuando comienza a hervir, cuidado que se puede subir, se añaden las tajadas de calabaza y se le va añadiendo poco a poco más miel. Se deja hervir a fuego medio hasta que las tajadas de calabaza se cuezan por dentro y estén tiesas por fuera. Al mismo tiempo que se reduce el volumen de agua se va formando un caldo meloso que nos servirá de conservante. De vez en cuando habrá que ir probando hasta que veamos que están en su punto de miel y de cocción. Si fuese necesario se puede rectificar de agua o miel, si añadimos agua la calentaremos previamente para que no corte la cocción.

Se conserva en su misma melaza, y cuando se sirve se pueden poner las tajadas de calabaza solas o acompañadas de tan dulce conservante.

Dependiendo del color de la miel nos saldrá más rubia o más morena.

 

*Tenemos que agradecer a Consuelo Alonso el regalo de la calabaza y las orientaciones que nos dio para que esta receta la llevásemos a buen fin.

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