Alcázar de Venus: "Entre la Nieve y la Mar"

HACE CASI DIEZ AÑOS

Los tres alcaldes alpujarreños de los municipios de Orgiva (Francisco Pino), Torvizcón (José Manuel Santiago) y de La Tahá de Pitres (José Jesús Gar­cía) se dieron cita en días pasa­dos en la aldea del Puerto de Jubiley, compuesta en la actualidad por una docena de habitantes (tres de ellos ingleses), para celebrar junto con un gran número de personas venidas de otros lugares las fiestas patronales en honor de la Virgen de Fátima.

El lugar pertenece a varias localidades

El motivo de acudir los tres ediles a presidir los actos religiosos y lúdicos viene motivado porque las casas del Puerto de Jubiley, junto con sus huertas, pertenecen unas a Torvizcón y a La Tahá de Pitres y otras a Alcázar y aLos tres alcaldes juntan sus manos en la confluencia de los municipios. Foto Rafael Vílchez. Orgiva. Se da la circunstancia de que cuando fue inaugurada la ermita de la Virgen de Fátima, en 1950, acudieron los alcaldes de Torvizcón, Mecina Fon­dales (ahora pertenece al municipio de La Tahá de Pitres) y Alcázar (agregado a Orgiva). Asimismo, además de acudir otras personali­dades de la Alpujarra y un alto cargo del Gobierno Civil de Granada, acudió la banda de música de Mecina Fondales.

Fuerte emigración

Tras la fuerte emigración que sufrió esta singular aldea, los pocos habitantes que quedaron apenas si podían cubrir los gastos de la fies­ta; a pesar de todo, las imágenes de la Virgen de Fátima, San José y el Corazón de Jesús, han sido cada año procesionadas por mujeres, sin banda de música y sin la presencia de los tres alcaldes. Por eso, en esta última fiesta, la mayoría de los residentes y visitantes quedaron sorprendidos cuando escu­charon las piezas musicales que ofreció la banda de música de Nigüelas.

La presencia de los tres alcaldes, los fuegos artificiales, y como postre, la actuación del grupo Ana­conda, fueron más que suficiente para alegrar al personal. Como anécdota hay que señalar que los dos mayordomos de las citadas fiestas, Manuel Santiago y su cuñado, Francisco López, han tenido que contratar otro grupo de Granada para que pudiese venir. Y es que el Puerto de Jubiley carece de luz eléctrica (sólo existe luz solar) y para tener la velada movidita han tenido que traer un gigantesco grupo electrógeno.

500.000 pesetas

Según indicaron los dos mayordomos, «la ermita y la pequeña escuela del Puerto de Jubiley se pudieron construir gracias al padre Ulpiano López; a su sobrina, la maestra doña Carmencita (la gente le llamaba Carmencica), y al comandante Jiménez, que era hijo de Alcázar <<leer más sobre "el comandante Jiménez">>. Anteriormente a la fiesta de la Virgen de Fátima se celebraba aquí otra fiesta en honor al Señor de la Ascensión. Para poder pagar los gastos de la función antes se hacían pequeñas fiestas de música de cuerda en las distintas cortijadas, cuando aquí residían más de cien personas, y se sorteaban quesos, chotos y jamones».

Explican que de esta forma se acumulaba un dinero que después sería gastado en la fiesta de mayo. «Ahora -siguen diciendo los mayordomos hacemos nosotros también rifas y les escribimos cartas a los hijos del pueblo que residen en Cataluña y otros lugares para que nos manden sus donativos y limosnas y con todo ello y lo que se recogerá de la barra y otras aportaciones podremos sufragar los gastos de estas fiestas que superan las 500.000 pesetas».

 Rafael Vílchez/PUERTO DE JUBlLEY.

Noticia aparecida en el diario Ideal de Granada el domingo 2 de junio de 1996, y que llega a nosotros gracias a José Jiménez "Pepín".

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