PREGÓN FIESTAS DE
ALCÁZAR DE VENUS 2007
José González Acosta
Alcázar de Venus, 14 de Agosto de 2007
Queridos paisanos/as:
¡¡Muy buenas noches tengáis todos!!.
Algunos de vosotros no me conoceréis, y otros
me conocerán algo. Yo me llamo José González Acosta, de los González, de los Acostas,
de los Domínguez, de los Arredondo, de los Quiles, de los Alonso, en fin, SOY DE
ALCÁZAR DE VENUS, bueno..... de Alcázar y de
Motril. Estoy aquí gracias a mi compañero y amigo de Comisión Julio Noguerol que
propuso la magnífica idea de contar cada año con un pregonero para las fiestas,
que cada año nomine la Comisión de Mayordomos pertinente. A mi, personalmente,
me parece maravilloso pues en este lugar todo el mundo merece este honor “hay
tantas cosas que decir y contar”.....
Yo,
por ejemplo, contaría como de pequeño, muy pequeño, mis padres me embarcaban en
el “seíllas” y emprendíamos el camino desde Motril hasta Alcázar. Toda una
odisea para todos debido a las comunicaciones antiguas, pero sobre todo para mí:
había que tomar la antigua carretera de
Granada y para cuando llagábamos a la Gorgoracha, yo ya iba malísimo. Todo el
trayecto era muy tortuoso, pero era llegar a Alcázar y todo cambiaba. Recuerdo
que lo que primero que despertaba mis sentidos era EL OLOR, un aroma único y
maravilloso: el aroma que contiene la Naturaleza, pero por encima de todos el de
la higuera.
El poeta decía: “hoy es la primera vez
que me doy cuenta de la presencia de la vida. Dejarme libre para saborear esta
emoción formidable, espontánea y reciente de la vida, que hoy, por primera vez
me extasía y me hace dichoso hasta las lágrimas.”
Así es como yo recuerdo
el impacto que ejerció en mí la fuerza de este querido lugar.
Después recuerdo a mis padres saludando desde
el coche: “hola fulano, adiós mengano....”, unos con mulos, otros con
marranos porque, otra cosa que era natural y cotidiana era ver que todos los
alcazareños disponían de cuadras, y las cuadras llenas de animales. Todos
estaban entregados a las tareas y obligaciones que una casa de este tipo
conlleva, que no son pocas y sin diferenciar si es lunes o domingo, eso daba
igual.
Allí encontraba a mi tía Carmen entregada a
esas faenas. Al tío José y a la tía Dolores
como una pareja de recién ennoviados. A mis primas Carmen y Fina, y después
Benjamín; a mí tío y padrino Pepe con los arreos de caza y junto a él sus perros
brincando alegres alrededor de las perdices o conejos cazados aquella misma
mañana. Algún jabalí también caía. Buen cazador mi tío Pepe. Recuerdo divertido
los ratos pasados
con mis primos Enrique, Estrella, Inma, Maribel, Pepe...., las partidas de
rentoy con Miguel y Ricardo, que Dios tenga en su gloria, que yo los considero
como mis tíos, en la taberna de Agustín. Mi tía Encarna, mi tío Antonio, mis
primos Antonio y Mari, que con el paso de tiempo,
todos los aquí nombrados nos hemos
casado, hemos tenido hijos, y hasta han sido abuelos.
Otra de las cosas
que perdurarán para siempre en mi mente son aquellas fiestas que se celebraban
antaño. Después de la época de los “tocaores de Sorvilan” llegó la época yeye y
el pickup, que entre otros, mi tío disponía para que todo el mundo bailase:
canción de éxito que salía, disco que compraba. No podemos olvidar que estas
fiestas no eran fiestas si no iban acompañadas de los típicos dulces de la
tierra: las yemas, los soplillos, los caramelos artesanos, la calabaza, la
meloja, y otras frutas escarchadas con azúcar, los garbanzos tostados, el
turrón, en fin todos los productos típicos que cubrían los tenderetes para luego
seguir marcándose unos pasodobles, valses, mazurcas, o lo que fuera.
Recuerdo también que
en las fiestas todo el mundo estaba contento de verte, y te preguntaban “de
quien eras, cuando habías venido....”. Eran y son para muchos las fiestas de una
infancia lejana. De cuna humilde pero sin envidia de otras luces ni de otras
músicas porque es cuando nuestro Alcázar se llena de gente, de su gente, que
vuelve a llenar la calle y la plaza, repletas de luces y banderitas; y se baila,
se come, se bebe y se trasnocha como está mandao. Después llegará el otoño que
traerá de nuevo al pueblo sus viejos oros, sus olores tenues y sus esquinas sin
nadie, y cada tarde...... icada tarde irá apagándose antes!...
Permitidme, paisanos y amigos, acabar con un
poema de Alberti que recoge el sentir de todos los que vivimos con un pueblo en
el corazón. Y dejadme también recordad a todos lo que no están ya con nosotros.
FLOR DE MI PUEBLO
Quisiera cantar,
Quisiera cantar,
Quisiera cantar,
Ser flor de mi pueblo.
(Bis)
Que me pacieran
las cabras de mi pueblo,
que me llevara de la oreja
una niña de mi pueblo,
que me regaran
las aguas de mi pueblo,
que me cubriera la nieve
en los montes de mi pueblo.
(Quisiera cantar…-)
(Bis)
Que me soplaran
los vientos de mi pueblo,
que me guiara en la noche
la luna de mi pueblo,
que me empapara
la niebla de mi pueblo,
que me entierran
en la tierra del corazón de mi pueblo.
(-Quisiera cantar…-)
(bis)
Que me ocultaran
los robles de mi pueblo,
que me cantaran
los cantares de mi pueblo,
que me manchara
con el vino de mi pueblo,
que me persiga el tío del saco
por las calles de mi pueblo.
Porque ya
veis,
ESTOY SOLO SIN MI PUEBLO, Y SIEMPRE ESTARÉ CON MI PUEBLO.
¡VIVA
LA VIRGEN DEL ROSARIO!
¡VIVA ALCÁZAR DE VENUS!
¡VIVAN LOS ALCAZAREÑOS!
FELICES FIESTAS Y A DIVERTIRSE
Pepe González Acosta |